sábado, 16 de noviembre de 2013



Salmo 23 – Jíbaro (Puerto Rico)
 
Como el Señor es mi pastor, a mi “na” me faltará,
El me llevará por los valles de mangoles y de malojillo,
Y confortará mi alma sin “empetarme” una espina.
Me escuchará suavecito con su vara de pastor,
A la orilla de la charca donde canta el ruiseñor.
Y allí entre las pomarrosas y la sombra del yagrumo,
El me acurrucará en sus brazos,
Como ese pastor, ninguno.

Si en el fondo del barranco me “atrabanca” la “pelona”,
El se “hondea” allí conmigo,
Me “jala” con su “cayao” y me remolca a la loma.
Mi mesa siempre “bastá”, verán los que me critican,
Y su unción fresca de aceite me “lloreará” por la frente,
Como corre el golpe de agua cuando llueve y el río crece.
Su bien y misericordia me seguirán de cerca.
Y cuando ya esté viejito, “rodeao” por la soledad,
Aun medio “despitaíto”, seguiré en casa de Jehová.
 

Autora: Gloria Vidal de Arbó


http://youtu.be/s1SYrmAc8VU

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