jueves, 3 de octubre de 2013

LOS DISCÍPULOS CON LOS QUE JESÚS CONTÓ…

Nuestra declaración de identidad es: “Soy un siervo profundamente amado y un discípulo de mi Señor”. ¿Qué quiere decir “soy un discípulo”?

• Un discípulo es un educando de toda una vida.
• Un imitador intencional.
• Un aprendiz espiritual.
• Un perseguidor de toda una vida de la única vida real.
• Un estudiante eterno de la escuela de Jesucristo.

Ser discípulo de Jesús quiere decir: presentarnos a nosotros mismos intencionalmente a Cristo cada día, de tal forma que nuestros pensamientos, palabras, acciones y motivos puedan llegar a ser cada vez más como él. ¿Quién cualifica para seguir este camino, para ser discípulo? La prueba más grande de esto es dar un vistazo a los doce discípulos originales de Jesús. Uno se queda “atónito”, “asombrado” al ver la clase de persona a las que Él estaba dispuesto a confiarles el futuro espiritual de la raza humana. Luego de tres años de entrenamiento y compañerismo intensivo con el Hijo de Dios (“el Señor”) lo que vemos no es necesariamente un inspirador despliegue de madurez espiritual. NO EXACTAMENTE.

1. Santiago y Juan – Tenían un espíritu vengativo y ambición de posiciones.
2. Mateo – Era un ladrón profesional.
3. Simón – Zelote, dispuestos a usar la violencia.
4. Tomás y Felipe – Tenían preguntas y dudas.
5. Andrés – También dudó.
6. Simón Pedro – hombre de altibajos.

En la noche de la Pascua Jesús miró alrededor de la mesa a estas personas inmersas en su competitividad, su traición espiritual secreta, sus dudas persistentes y su certeza de que la fuerza (la violencia) traería la justicia al mundo, y oró: “Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo” (Juan 17:18). Jesús sigue contando con nosotros.

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