miércoles, 23 de enero de 2013

Dios, la oración y la tecnología

Gracias a Dios, que los efectos de la tecnología no están disponibles en el cielo ¿Qué sucedería si Cristo decidiera instalar una contestadora telefónica en el cielo?

Imagínate orando y escuchando el siguiente mensaje:

“Gracias por llamar a la casa de mi Padre. Por favor selecciona una de las siguientes opciones:

•Oprime 1 para peticiones
•Oprime 2 para acciones de gracias
•Oprime 3 para quejas
•Para cualquier otro asunto, oprime 4”

Imagínate que Dios usara la frase tan conocida:

"En estos momentos todos nuestros ángeles están ocupados, atendiendo otras oraciones. Por favor manténgase orando en línea y su llamada será atendida en
el orden en que fue recibida".

¿Te imaginas este tipo de respuesta cuando llames a Dios en tu oración?

"Si desea hablar con Mateo…presione 5... con Lucas…presione 6, con Juan…
presione 7... si desea hablar con cualquier otro evangelista…presione 8... si
desea que el rey David le cante un salmo, presione 9... si desea hacer
reservaciones en la casa de mi Padre... simplemente presione Juan, seguidos
de los números 3, 1 y 6. Si desea tener respuestas a preguntas sobre los
dinosaurios, la edad de la tierra, ¿dónde está el arca de Noé?... Por
favor espere a llegar al cielo.”

¿Te imaginas lo siguiente en tu oración?

"Nuestra computadora nos indica que usted ha llamado varias veces hoy, por
favor cuelgue inmediatamente y despeje la línea para otros que también quieren
orar"

O lo siguiente:

"Nuestras oficinas están cerradas el fin de semana, por favor vuelva a llamar
el lunes".

Gracias a Dios que esto no sucede. Gracias a Dios, que le puedes llamar en oración cuantas veces necesites. Gracias a Dios que a la primera llamada, El siempre contesta. Gracias a Dios por Jesús y que con Jesús nunca estará la línea ocupada. Gracias a Dios, que Él nos responde personalmente y nos conoce por nuestro nombre. Gracias a Dios, que Él conoce nuestras necesidades antes de que se las manifestemos.

Gracias a Dios porque de nosotros depende llamarle en oración.

(Revisado por Ildefonso Caraballo Sánchez)

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