sábado, 30 de noviembre de 2013


La gratitud tiene rostro

La gratitud es aquella actitud que nace del corazón en aprecio a lo que alguien ha hecho por nosotros. 

Hace unos siglos el apóstol Pablo escribió una carta a sus amigos de Filipos (Filipenses).  En sus palabras iniciales incluye una oración de acción de gracias (Filipenses 1:3-11).  Comienza dando gracias a Dios, porque Él es la fuente de sus bendiciones.  Luego da gracias a Dios por la comunidad de fe que había marcado su corazón.  El tiempo había pasado desde la primera vez que Pablo visitó esta “pequeña Roma en medio de la cultura griega”, pero todavía él les recordaba con gratitud.  Hechos 16 relata la llegada del evangelio a esta ciudad y su impacto sobre varias personas y sus respectivas familias.  Al pasar los años la relación apóstol-iglesia creció hasta ser una estrecha, personal y de compañerismo. 

Ahora desde la soledad de la cárcel, el apóstol les escribe para comunicarles su gratitud por la bendición que han sido para él “desde el primer día.” (Fil. 1:5).  Al leer la expresión “Cada vez que me acuerdo de ustedes doy gracias a mi Dios…” (Fil. 1:3, Dios Habla Hoy) quiero sugerir que el escritor nos está diciendo: ¡La gratitud tiene rostro!  Pablo recuerda rostros, nombres y personas.  Según el relato bíblico esos rostros pudieran incluir a:

·         Lidia, una comerciante de telas finas de púrpura (Hechos 16:14).
·         Una joven esclava, de quien no tenemos su nombre, que era utilizada por sus amos para ganancia personal (Hechos
        16:19).
·         El carcelero de Filipos, de quien tampoco tenemos su nombre, pero sabemos que tenía familia (Hechos 16:32-33).

Todos ellos y ellas habían impactado la vida de Pablo de manera que siempre que él hablaba con Dios (oraba) los recordaba con gratitud. 

Te pregunto: ¿Das gracias a Dios cuando vienen a tu memoria rostros de personas que tocan tu corazón porque te han beneficiado en el camino?  Pueden ser rostros de familiares y amigos;  personas que han estado a tu lado en momentos de necesidad, enfermedad o muerte.  Algunos quizá ya sean ancianos o hayan fallecido, pero su recuerdo te trae gozo y gratitud.  Hoy puede ser un buen tiempo para hacer una lista de las personas que han hecho algo por ti, pero nunca se lo has expresado, o tal vez hace algún tiempo que no se lo expresas.  Hoy es un buen día para llamarles por teléfono, escribirles una carta o una tarjeta, o tal vez enviarle un regalo.  Tu gratitud servirá de aliento y ánimo para estas personas que desinteresadamente han influenciado tu desarrollo personal, familiar, académico, económico, profesional, social o espiritual.  No olvides que: ¡La gratitud tiene rostro!

 

sábado, 16 de noviembre de 2013



Salmo 23 – Jíbaro (Puerto Rico)
 
Como el Señor es mi pastor, a mi “na” me faltará,
El me llevará por los valles de mangoles y de malojillo,
Y confortará mi alma sin “empetarme” una espina.
Me escuchará suavecito con su vara de pastor,
A la orilla de la charca donde canta el ruiseñor.
Y allí entre las pomarrosas y la sombra del yagrumo,
El me acurrucará en sus brazos,
Como ese pastor, ninguno.

Si en el fondo del barranco me “atrabanca” la “pelona”,
El se “hondea” allí conmigo,
Me “jala” con su “cayao” y me remolca a la loma.
Mi mesa siempre “bastá”, verán los que me critican,
Y su unción fresca de aceite me “lloreará” por la frente,
Como corre el golpe de agua cuando llueve y el río crece.
Su bien y misericordia me seguirán de cerca.
Y cuando ya esté viejito, “rodeao” por la soledad,
Aun medio “despitaíto”, seguiré en casa de Jehová.
 

Autora: Gloria Vidal de Arbó


http://youtu.be/s1SYrmAc8VU

jueves, 31 de octubre de 2013

Halloween y Martín Lutero

Durante el mes de octubre comienza a aparecer la promoción sobre el día de Halloween en las tiendas, la radio, la televisión, el internet, la prensa escrita y otros medios.  En un mundo donde los medios de comunicación nos afectan de una manera u otra, no hay nadie que pase desapercibido esta promoción.  Todos conocemos de esta “celebración”, entonces ¿Porqué l@s cristian@s no debemos celebrar “Halloween”?

1.               El significado de la palabra “Halloween” es “víspera de todos los santos”.  La palabra viene del inglés “hallow”, que significa hacer santo (santificar) y “eve” que significa víspera.  También se conoce como “el día de las brujas”.

2.               El origen esta “fiesta” data del siglo II a.C. entre una antigua nación llamada los celtas.  Su religión se llamabas druidismo, y los sacerdotes: druidas.  Entre las prácticas religiosas de este grupo estaban los sacrificios de niños y jovencitas vírgenes, y el sacrificio de los enemigos guardando sus cabezas como trofeos en las entradas de sus casas.  Estos sacrificios eran el rito más importante.

3.                                                                 En la noche del 31 de octubre estos sacerdotes druidas celebraban la vigilia de “Samaí”, dios celta de la muerte.  Lo llamaban el festival de los muertos.  Ellos creían que esa noche las almas de los muertos regresaban a sus hogares para irse de ronda con las brujas y los demonios.  También creían que las hadas, las brujas y los duendes aterrorizaban al pueblo robando niños, destruyendo sembrados y matando animales.

4.                                     Posteriormente esta “fiesta” se combinó con un festival romana de otoño en honor a Pomona, diosa de las frutas y los vegetales.  La calabaza jugaba un papel importante en el festival, ya que recordaba a las cabezas de los druidas y a las cosechas romanas.

5.                    Durante la víspera del 31 de octubre, los druidas iban por el vecindario recogiendo ofrendas para Satanás.  Llevaban puestos disfraces y máscaras, faroles, bolsas para las ofrendas y bastones con una punta afilada.  En cada casa pedían un "treat", que significa regalo, pero si no le daban una ofrenda utilizaban el bastón afilado para hacerles daño.  Ese es el origen de la frase “trick or treat”, que significa “maldad o regalo”, en otras palabras “me das un regalo o te hago daño”.

6.                      Para el año 998 d.C. el papa Gregorio III estableció el 1 de noviembre como el día de todos los santos, debido a que el calendario no tenía días suficientes para decidarle uno a cada santo.  El día antes se le llamó “all-hallowen”, esto es, “víspera de todos los santos.”

Podemos concluir que “Halloween” es una celebración con mezcla de ritos paganos del segundo siglo a.C. con ritos paganos del catolicismo romano que encajaron muy bien con el gusto del pueblo.  

Es lamentable decir que lo que hace esta celebración, en forma muy sutil, es promover la adoración a Satanás.  Un líder del movimiento satánico comenta: “A nosotros nos gusta el auge que ha obtenido la celebración de Halloween, ya que esto publicidad completamente gratis para el cultos satánico.”  Los padres y las madres, la familia y la Iglesia no deben perder la oportunidad de orientar y enseñar a nuestros hij@s sobre el significado de esta celebración.  Se le debe explicar al niño y a la niña con calma, claridad y firmeza. De acuerdo a su capacidad puede darle alguna información de la antes compartida, pero déjele saber el origen de la festividad y lo que la Iglesia cristiana cree sobre esto.

Muchas personas, incluyendo un gran porciento de cristian@s piensan en el 31 de octubre como el “día de Halloween” y desconocen que ese día la Iglesia conmemora el Día de la Reforma Protestante.  Fue en ese día del año 1517 que Martín Lutero, un monje católico alemán, molesto con la venta de indulgencias (pago por el perdón de los pecados) en la Iglesia, fue a la Catedral de Wittenberg, en la universidad donde enseñaba y colocó noventa y cinco (95) tesis (postulados) en las que protestaba el abuso de la venta de indulgencias.  Esto provocó un movimiento de reforma en la Iglesia del que nosotros hemos sido positivamente afectados.  Las tres contribuciones más importantes de este movimiento son:

  1. La justificación por la fe como medio de salvación.
  2. Cada creyente tiene acceso directo a Dios.  No hay necesidad de ningún intermediario.  Esto se conoce el sacerdocio de todos los santos.
  3. La Biblia como única fuente de autoridad y de fe.
Nosotros como miembros de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, creemos en estas tres aportaciones de la Reforma.  Háblele de estos a sus hij@s.  Recordemos la valentía de Martín Lutero al resistir la Iglesia de la época, aun a costo de su vida, y su contribución teológica a las próximas generaciones.   ¡Así nos ayude Dios!

 

 

 

 

Martín Lutero y nuestra herencia

Nuestra herencia – Salmo 16:6

5 Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa;
Tú sustentas mi suerte.

6 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos,
Y es hermosa la heredad que me ha tocado.

Introducción:

Herencia es algo transmitido u obtenido por un predecesor. Es algo transmitido a nosotros por nuestros antepasados. En el caso de la Iglesia son aquellas doctrinas, tradiciones, ejemplos vivenciales y las ricas experiencias de hombres y mujeres, santos y santas, que son los fundadores, los padres y los pioneros de la Iglesia a través de la historia.

La herencia de la Iglesia está empapada con lágrimas, impregnada de sangre y bañada de sufrimiento. Todo aquél que conoce esta herencia debiera unirse a David y decir: “hermosa es la heredad que nos ha tocado”.

Para esto debemos mirar a los eventos del pasado y aprender de ellos. Aunque nadie prefiere vivir en el pasado, no hay duda de que el presente es influenciado por el pasado; y que el pasado nos da una dirección y una perspectiva sobre cómo vivir el futuro. No es que el pasado no nos permita dirigirnos al futuro, sino que el conocimiento del pasado nos ayudará a apreciar y a preservar nuestra herencia.

I. Martín Lutero

Martín Lutero nació en Alemania. Su papá deseaba que fuera abogado. En el 1505, desistió de seguir sus estudios de derecho afectado por la muerte repentina de un amigo y por haberse escapado de ser alcanzado por un rayo. Impulsado por el deseo de salvar su alma, ingresó a un monasterio. Allí bajo la supervisión de Juan Staupitz se destacó en el monasterio. Pero no hallaba paz para su alma, le abrumaba su sentido de pecado.

Comenzó a estudiar los Salmos y se convenció de que la salvación no era por obras y sí en la nueva confianza en las promesas divinas. Cuando estudió a la epístola a los Romanos la confianza se convirtió en convicción.

En 1516, mientras preparaba conferencias de Romanos encontró un texto que cambiaría su vida: Romanos 1:17: “El evangelio de justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: el justo por la fe vivirá.” Comprendió que la salvación no era una obra en la que la persona tenía participación, sino que era un don de Dios. Fue entonces que molesto con la práctica religiosa de su tiempo el 31 de octubre de 1517 colocó en la puerta de la Iglesia de Wittenber sus memorables 95 tesis.

II. Tres puntos básicos de lo que heredamos de la Reforma y de esta acción.

1. La justificación por la fe – Lutero entendió que la salvación no era por obras: rezar en la Iglesia, ayunar, dar limosnas (en aquel tiempo dar limosnas era mejor que la oración), entre otras. No era por indulgencias, pago de dinero para el perdón de pecados). No era en base a méritos humanos, ni cooperación humana, sino por gracia divina. La salvación ocurre cuando se acepta la obra de Cristo en el Calvario por medio de la fe. Es por medio de la fe en Cristo que Dios nos imputa (aplica) Su justicia y nos garantiza vida eterna. Comenzamos a disfrutar de derechos que no teníamos: somos hechos hijos e hijas de Dios. Tenemos paz para con Dios (Romanos 5:1). Tenemos esperanza eterna. Una persona pecadora o injusta es transformada en una santa y justa.

2. El sacerdocio de todos los santos - No hacen falta ritos, ceremonias, sacerdotes, intercesores ni santos. Toda persona tiene derecho y acceso a acercarse a Dios y el privilegio de interceder en oración por otros. La Iglesia no es una simple institución; es el Cuerpo de Cristo, donde cada creyente tiene la responsabilidad y una tarea que realizar para la edificación de la Iglesia.

3. La Palabra de Dios como única autoridad – La Iglesia volvió a leer la Biblia y a verla como la Palabra de Dios. Se sacó de los monasterios y se puso en las manos del pueblo. Nada es superior en la Iglesia a la Palabra de Dios; ni el Papa, ni concilios, ni credos, ni dogmas. En la Iglesia y el culto no se puede tolerar nada que no pueda ser probado por la Palabra de Dios.

III. ¿Cómo son las personas que reciben esta herencia?

1. Son reaccionarios a los falsos maestros y conceptos de nuestro tiempo.

2. Toman en serio la herencia (el legado).

3. Tienen fe en Dios.

4. Responden con valor al desafío de su época, diciéndole sí a Dios para poner vallado entre Dios y el hombre.

5. Tiene la determinación profunda de hacer la voluntad de Dios.

6. Saben la hora en la que están viviendo y las demandas que la Iglesia y su tiempo les imponen.

7. Le dicen a Dios: “Heme aquí, envíame a mí”. Heme aquí, cuenta conmigo.





domingo, 6 de octubre de 2013

Somos esclavos por elección


Las leyes de la esclavitud del Antiguo Testamento se dan en un marco bíblico, teológico e histórico interesante. Los pasajes de Éxodo 21:2-6 y Deut. 15:12-17 nos ofrecen varias enseñanzas:

1. La esclavitud entre hebreos era permitida y, en uno de los casos, se daba dentro
del marco de la ausencia del pago de deudas (lea 1 Reyes 4:1).

2. Al término de siete años, los esclavos eran puestos en libertad (Éx. 21:2; Deut.
15:12). Se establecían varias alternativas:

       A. Si el esclavo había entrado solo, entiéndase soltero, salía solo (Éx. 21:3).
       B. Si tenía mujer (esposa), salían con su esposa (Éx. 21:3).
       C. Si durante el cautiverio, el esclavo se había casado y tenía hijos e hijas,
            la esposa y los hijos e hijas pasaban a ser propiedad del amo, y el esclavo
            salía solo (Éx. 21:4).

3. Había una cuarta posibilidad, el esclavo podía escoger: “Yo amo a mi señor, a mi
mujer y a mis hijos, no saldré libre…” (Éx. 21:5). Esta era una DECISIÓN libre y
voluntaria. Una decisión POR AMOR: “YO AMO A MI DUEÑO, A MI AMO.” Era una decisión
pensando en su familia: “Yo amo…a mi mujer (esposa) y a mis hijos…” Deut. 15:16 le
da un tono interesante a las palabras del esclavo hacia su amo: “No te dejare; porque
te ama a ti y a tu casa, y porque le va bien.” ERA UNA DECISIÓN BASADA EN EL HECHO
DE QUE AL SIERVO LE HABÍA IDO BIEN EN LA CASA DE SU SEÑOR.

4. Si el esclavo escogía quedarse en la casa de su amo, éste iba ante los jueces para
    certificar la decisión (Éx. 21:6) y realizaba la siguiente ceremonia: tomaba al
    esclavo y lo llevaba a un poste o a la puerta, allí le tomaba la oreja (el lóbulo) y
    se la perforaba con un punzón (lesna). Esta perforación se convertía en señal de que
    el esclavo había decidido por voluntad propia y por amor quedarse en la casa de su
    amo: “será su siervo para siempre.”

5. Varias lecciones para aplicar a nuestra vida como siervos y esclavos de Dios:

      A. El esclavo había encontrado la verdadera libertad en el servicio a su amo.
      B. Horadarle la oreja era una señal de un nuevo comienzo, de una nueva relación
           bajo el techo de su amo. Este hecho también nos enseña que la oreja del
           esclavo estaba abierta para escuchar las instrucciones de su amo.

Un discípulo es un esclavo de orejas horadadas.

jueves, 3 de octubre de 2013

LOS DISCÍPULOS CON LOS QUE JESÚS CONTÓ…

Nuestra declaración de identidad es: “Soy un siervo profundamente amado y un discípulo de mi Señor”. ¿Qué quiere decir “soy un discípulo”?

• Un discípulo es un educando de toda una vida.
• Un imitador intencional.
• Un aprendiz espiritual.
• Un perseguidor de toda una vida de la única vida real.
• Un estudiante eterno de la escuela de Jesucristo.

Ser discípulo de Jesús quiere decir: presentarnos a nosotros mismos intencionalmente a Cristo cada día, de tal forma que nuestros pensamientos, palabras, acciones y motivos puedan llegar a ser cada vez más como él. ¿Quién cualifica para seguir este camino, para ser discípulo? La prueba más grande de esto es dar un vistazo a los doce discípulos originales de Jesús. Uno se queda “atónito”, “asombrado” al ver la clase de persona a las que Él estaba dispuesto a confiarles el futuro espiritual de la raza humana. Luego de tres años de entrenamiento y compañerismo intensivo con el Hijo de Dios (“el Señor”) lo que vemos no es necesariamente un inspirador despliegue de madurez espiritual. NO EXACTAMENTE.

1. Santiago y Juan – Tenían un espíritu vengativo y ambición de posiciones.
2. Mateo – Era un ladrón profesional.
3. Simón – Zelote, dispuestos a usar la violencia.
4. Tomás y Felipe – Tenían preguntas y dudas.
5. Andrés – También dudó.
6. Simón Pedro – hombre de altibajos.

En la noche de la Pascua Jesús miró alrededor de la mesa a estas personas inmersas en su competitividad, su traición espiritual secreta, sus dudas persistentes y su certeza de que la fuerza (la violencia) traería la justicia al mundo, y oró: “Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo” (Juan 17:18). Jesús sigue contando con nosotros.

martes, 2 de julio de 2013

Declaración sobre la Reafirmación del Matrimonio Bíblic - Iglesia de Dios (Church of God) Mission Board

Declaración sobre la Reafirmación del Matrimonio Bíblico
Esta declaración fue adoptada el 26 de junio de 2013
por el Comité Ejecutivo Internacional de la Iglesia de Dios
y refleja la postura oficial de la denominación sobre el matrimonio.

La Iglesia de Dios basa sus posiciones doctrinales y prácticas en las enseñanzas de las Escrituras. Su declaración de Principios Prácticos afirma, bajo el tema de la Responsabilidad familiar (Punto IV): «El matrimonio es ordenado por Dios y es un acto de unión espiritual entre un hombre y una mujer para vivir como una sola carne (Génesis 2:24; Marcos 10:7)».

Además, la Iglesia se ha expresado sobre la Pureza Moral:

“Nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo, por lo cual debemos usarlo para la gloria de Dios (Romanos 12:1-2; 1 Corintios 6:19-20; 10:31). Debemos andar en el Espíritu y no satisfacer los deseos de la carne (Gálatas 5:16). La Escritura contiene varios pasajes con ejemplo de una conducta carnal que no glorifica a Dios (Romanos 1:24; 1 Corintios 6:9-10; Gálatas 5:19-21; Apocalipsis 21:8). Las prácticas pecaminosas más prominentes que aparecen en estos pasajes incluyen: la homosexualidad, el adulterio, las actitudes mundanas (como el odio, la envidia y los celos), la comunicación corrupta (como el chisme, las emociones iracundas y palabras soeces), el robo, los asesinatos, las borracheras y la brujería.”

La Iglesia reafirma su posición histórica y bíblica sobre el matrimonio en respuesta al fallo imprudente de la Corte Suprema de los Estados Unidos, del 26 de junio de 2013, en el caso de los Estados Unidos v. Windsor. Este veredicto anula el artículo 3 de la ley de Defensa del Matrimonio (DOMA, por sus siglas en inglés: Defense of Marriage Act), que para efectos de la ley federal, define al matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer y, por consiguiente, por esta acción se defiende la legalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo.

La Iglesia de Dios apoya una definición del matrimonio que defienda la verdad de que la diferencia sexual es una característica importante de la relación matrimonial; que el bien fundamental de la complementariedad en la unión de un hombre y una mujer es esencial para el bienestar de la familia. Un sinnúmero de estudios reconoce la importancia de las madres y de los padres en el desarrollo saludable de la niñez. Defendemos un concepto del matrimonio que refleja siglos de sentido común, la realidad biológica, la definición de la Biblia, la tradición judeocristiana y la sabiduría, sobre este tema, de todas las grandes religiones. Sostenemos una posición que aboga por el bienestar de la niñez y el bien de la sociedad.

Afirmamos esta declaración basada sobre dos verdades: el carácter sagrado del matrimonio y la pecaminosidad de la homosexualidad.

La idea del matrimonio no se originó en la mente humana sino en la de Dios. La Biblia explica que el Creador los hizo hombre y mujer el uno para el otro (Génesis 2:18-24), y esta verdad es reafirmada por el Salvador (Mateo 19:4-6). Es Dios quien instituyó el matrimonio y fue Cristo quien dijo, «lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe». Por tanto, los seres humanos no tienen el derecho legítimo a redefinir el matrimonio para complacerse a sí mismos. La redefinición del matrimonio constituye su negación. Las leyes humanas deben ser juzgadas por las leyes de Dios.

El reconocimiento legal del matrimonio homosexual, a su vez, legitima la homosexualidad, que la Biblia ha declarado como pecado. La homosexualidad viola el orden natural de la sexualidad por medio de la cual la raza humana se desarrolla y continua. Este viola las enseñanzas de las Escrituras, como se demuestra en Levítico 18:22; 20:13; Romanos 1:25-27; 1 Corintios 6:9-10; y 1 Timoteo 1:9, 10. Este viola el plan de Dios para el matrimonio y la familia, expuesto en Génesis 2:18-24; Mateo 19:3-4; 1 Corintios 6:9; 1 Juan 1:9. Aunque algunos tergiversan las Escrituras y sugieren que su significado no sigue vigente, la realidad es que la homosexualidad es desagradable ante los ojos de Dios.

La Iglesia reconoce que Dios condena estas prácticas pecaminosas, pero reafirma su amor y preocupación por la seguridad presente y eterna de los que practican este estilo de vida y solamente denuncia su conducta pecaminosa. La Biblia asegura que es posible librarse de la homosexualidad. 1 Corintios 6 enumera una serie de pecados, incluyendo a la homosexualidad, pero afirma, «... y eso eran algunos de ustedes...» (1 Cor. 6:11). La liberación es una realidad.

Lamentamos el fallo de la Corte y creemos que tendrá un efecto adverso sobre las futuras generaciones, así como resultados demográficos, culturales, sociales y religiosos imprevisibles. Además, instamos a las personas que valoran el matrimonio bíblico, a que tomen las medidas posibles para atenuar los daños a la familia en todas sus formas.

Traducción revisada por el Dr. Ildefonso Caraballo Sánchez

sábado, 13 de abril de 2013

Crucificado con Cristo...

Discipulado: Crucificado con Cristo y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.

El discipulado es lo que he llamado “la parte olvidada de la Gran Comisión”. En la versión de Mateo 28:18-20 de la Gran Comisión, Jesús nos instruye a ir (a predicar las buenas nuevas), discipular, bautizar y enseñar. En mi opinión hemos ido a predicar y hemos bautizado, pero no hemos dedicado el tiempo y el esfuerzo necesario para cumplir con la formación de discípulos y la enseñanza. Los esfuerzos que se han hecho se han quedado cortos. Estos son parte de los retos y desafíos, las oportunidades que Dios le quiere dar a la Iglesia en este tiempo.

Jesús dijo a sus discípulos: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” (Mt. 16:24). El apóstol Pablo en Gálatas 2:20 a aceptado el reto del discipulado y responde: “Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí.”
(Nueva Traducción Viviente).

Según Gálatas 2:20, las marcas de un discípulo son:

1. Está crucificado con Cristo.
2. Ha muerto (su yo ya no vive).
3. Cristo vive en él.
4. Vive en la carne confiando en el Hijo de Dios, quien le ama y se entregó a sí mismo
por él.

Pensamientos para seguir reflexionando:

•La cruz es un evento transformador que ha cambiado el mundo y que ha incorporado al apóstol Pablo, y a todo el que recibe el evangelio, a una nueva esfera de poder.
•El verdadero discipulado produce cristianos.
•Las marcas de la nueva vida son amor y entrega.

miércoles, 23 de enero de 2013

Dios, la oración y la tecnología

Gracias a Dios, que los efectos de la tecnología no están disponibles en el cielo ¿Qué sucedería si Cristo decidiera instalar una contestadora telefónica en el cielo?

Imagínate orando y escuchando el siguiente mensaje:

“Gracias por llamar a la casa de mi Padre. Por favor selecciona una de las siguientes opciones:

•Oprime 1 para peticiones
•Oprime 2 para acciones de gracias
•Oprime 3 para quejas
•Para cualquier otro asunto, oprime 4”

Imagínate que Dios usara la frase tan conocida:

"En estos momentos todos nuestros ángeles están ocupados, atendiendo otras oraciones. Por favor manténgase orando en línea y su llamada será atendida en
el orden en que fue recibida".

¿Te imaginas este tipo de respuesta cuando llames a Dios en tu oración?

"Si desea hablar con Mateo…presione 5... con Lucas…presione 6, con Juan…
presione 7... si desea hablar con cualquier otro evangelista…presione 8... si
desea que el rey David le cante un salmo, presione 9... si desea hacer
reservaciones en la casa de mi Padre... simplemente presione Juan, seguidos
de los números 3, 1 y 6. Si desea tener respuestas a preguntas sobre los
dinosaurios, la edad de la tierra, ¿dónde está el arca de Noé?... Por
favor espere a llegar al cielo.”

¿Te imaginas lo siguiente en tu oración?

"Nuestra computadora nos indica que usted ha llamado varias veces hoy, por
favor cuelgue inmediatamente y despeje la línea para otros que también quieren
orar"

O lo siguiente:

"Nuestras oficinas están cerradas el fin de semana, por favor vuelva a llamar
el lunes".

Gracias a Dios que esto no sucede. Gracias a Dios, que le puedes llamar en oración cuantas veces necesites. Gracias a Dios que a la primera llamada, El siempre contesta. Gracias a Dios por Jesús y que con Jesús nunca estará la línea ocupada. Gracias a Dios, que Él nos responde personalmente y nos conoce por nuestro nombre. Gracias a Dios, que Él conoce nuestras necesidades antes de que se las manifestemos.

Gracias a Dios porque de nosotros depende llamarle en oración.

(Revisado por Ildefonso Caraballo Sánchez)

domingo, 20 de enero de 2013

La oración: un hábito y una carta de amor

Un autor ha llamado la oración “un hábito del corazón”. Es que cuando evaluamos nuestra vida diaria, estamos llenos de hábitos y de costumbres. Creo que todos cuando nos levantamos en la mañana “automáticamente” vamos al baño, realizamos nuestras necesidades fisiológicas y luego nos lavamos la boca. Ya es un hábito, una costumbre. Cuando somos niños nos cuesta aprender este proceso, pero cuando somos adultos ya es parte de nuestra rutina diaria.

Un hábito es “la facilidad adquirida por la constante práctica de un ejercicio”. Es una costumbre, algo que por la práctica adquiere la fuerza de la ley hasta convertirse en parte de nuestra naturaleza. El énfasis está en la práctica constante. Un ejemplo de esto es el uso de los cinturones de seguridad cuando conducimos un automóvil. Ya es parte de nuestra rutina (por lo menos de la mía) subir a un auto y ponernos el cinturón. De aquí a algún tiempo pasará lo mismo con hablar con el celular y guiar. La fuerza de la práctica y una multa de vez en cuando nos establecerá este nuevo hábito o costumbre.

Así como tenemos hábitos y costumbres que son parte de nuestra rutina y vida diaria, hablar con Dios debe ser parte vital de la disciplina espiritual del cristiano. Cuando vemos la oración de esa manera la practicamos regularmente, como parte de nuestra respuesta normal de fe en obediencia a la presencia, poder y actividad de Dios.

El Dr. Roberto A. Rivera define la oración como “una carta de amor”. El indica que la oración, la comunicación y el amor están estrechamente ligados en la vida diaria. Omitir cualquiera de estos es convertirse en una persona espiritualmente lisiada. Aprender a orar, es aprender a amar. La oración es un diálogo entre dos personas que se aman mutuamente. La oración es el lenguaje del corazón.

Desde ese punto de vista la oración tiene unos elementos básicos e importantes:

-Información – le decimos a Dios cómo están las cosas, qué creemos, qué necesitamos, a quién queremos que Dios bendiga y por qué. Función informativa.

-Petición – compartimos nuestros deseos, necesidades y ambiciones personales con Dios.

-Confesión – confesamos nuestras limitaciones y fallas, nuestra sumisión a su misericordia.

-Intercesión – oración hecha a favor de otra persona.

-Gratitud – gratitud a Dios por ser quien es y por sus acciones de misericordia a favor de los seres humanos.

Finalmente, “La oración deber ser una manifestación del amor que Dios mismos ha puesto en ti. Orar deber ser hablar con Dios, por cuanto él está presente y te ama no sólo a ti, sino también a tu hermano. En esencia, la oración deber ser sencilla, expresando gratitud directa o pidiendo lo que necesitamos en un momento en particular. El pasado puede necesitar confesión, mientras que el futuro requiere confianza.” (Rosalind Rinker, Communicating Love Through Prayer)

¡Sigamos orando!

sábado, 5 de enero de 2013

Al terminar el año 2012, evaluemos cómo lo hemos vivido y repasemos las experiencias que nos han hecho reír, llorar, aprender, gritar y crecer. Sobre todo, aquellas que nos han acercado a Dios. Debemos también prepararnos para una nueva etapa de nuestras vidas. El calendario y la agenda vacía del año 2013 es un regalo de Dios. También se nos da la oportunidad de revisar cuánto hemos alcanzado de nuestros ideales y de preguntarnos cómo los podemos vivir mejor.

Al prepararnos para recibir un nuevo año, es necesario detenernos y presentarle a Dios nuestros proyectos y nuestros sueños. También pedirle que nos dé discernimiento para comprender lo que realmente nos conviene.

Dios a través de su Espíritu Santo siempre busca hacernos crecer, que avancemos un poco más. Por eso, él mismo nos inspira para que comencemos nuevas etapas, para que no nos quedemos encerrados en el pasado, para que saquemos lo mejor de nosotros, y volvamos a comenzar, una vez más. Doce meses nuevos, cincuenta y dos nuevas semanas y trescientos sesenta y cinco nuevos días. El Espíritu Santo se derrama de un modo especial cuando está por comenzar algo nuevo.

Dejemos que el Espíritu Santo nos inspire sueños nuevos, proyectos generosos, perspectivas llenas de esperanza y de entusiasmo. Dejémoslo todo en la presencia de Dios, diciéndole que todo lo que hemos vivido es para Su gloria y pidiendo que siga trabajando en lo que no es tan santo, bello y bueno en nuestras vidas.

Al comenzar un nuevo año, repasemos las siguientes escrituras y recordemos que a Dios le gustan las cosas nuevas:

1. Isaías 42:9 – “yo (Dios) anuncio cosas nuevas”
2. Isaías 43:19 – “yo hago cosa nueva”
3. Isaías 48:6 – “te he hecho oír cosas nuevas”
4. Lamentaciones 3:22,23 – “nuevas son cada mañana sus misericordias”
5. Ezequiel 36:26 – “daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros…”
6. 2 Corintios 4:16 – “el (hombre) interior no obstante se renueva de día en día.”
7. 2 Corintios 5:17 – “somos nueva criatura”
8. Apoc. 21:1 – “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva…”